¿Cómo proteger nuestros oídos?

Nov 13, 2014

Seguramente para muchos de nosotros los oídos son una herramienta importante de trabajo. Como toda herramienta, sufre desgaste y requiere cuidados para que funcione correctamente. En este post se exponen las precauciones que se deben tomar y los riesgos de la exposición a sonidos de alto nivel.

El oído es un órgano muy complejo y delicado. Todas sus partes deben funcionar correctamente para tener una buena audición.

oido_externo_medio_interno

Dado que se va a hablar de temas relacionados a la percepción, se recomienda la lectura de «La percepción del sonido» Parte I y Parte II.

Los posibles daños se suelen dividir por sectores. Empezaremos por el oído externo, luego el medio y por último el interno.

En el oído externo, es común la obturación del conducto auditivo. Esto no sólo sucede por mala higiene. Muchas veces, el uso prolongado de in-ears provoca que el oído sienta un cuerpo extraño en su conducto auditivo e intente expulsarlo mediante la generación de cera. También, el uso excesivo de auriculares supra-aurales (los que cubren la oreja por completo) no permite que la piel respire con facilidad y generan transpiración y cera en el oído externo. Siempre se debe evitar el uso prolongado y limpiar el oído al terminar una jornada.
Otro problema común en el oído externo es la infección del tímpano. Cuando los protectores o auriculares (en especial in-ears) se guardan en bolsillos o mochilas quedan expuestos a todo tipo de suciedad que, al colocarlos en la oreja, llegan con facilidad al tímpano y pueden generar una infección. Es importante usar estuches o limpiarlos antes de introducirlos al oído.
Por otro lado,  el tímpano es una membrana muy fina y tiene un límite físico de deformación. Niveles de presión mayores a 130 dB SPL pueden perforarlo instantáneamente. Si bien el tímpano tiene la capacidad de regenerarse, la percepción tonal se ve afectada considerablemente después del trauma. Se debe tener la precaución de no situarse cerca de fuentes que puedan generar impulsos con ese nivel de presión.

El oído medio consta de una cadena de huesesillos que propagan la energía hacia el oído interno. Existe un músculo que rigidiza la cadena cuando se perciben altos niveles de presión sonora, es un mecanismo de protección. Es por esto que cuando nos exponemos durante mucho tiempo a nivel alto (un recital por ejemplo) el oído se vuelve menos sensible, o sea, nos cuesta más percibir sonidos de bajo nivel. Con un adecuado descanso auditivo posterior a la exposición el músculo puede relajarse y se recupera la sensibilidad normal, si no se descansa se puede causar un problema auditivo permanente.

Por último, el oído interno es la parte más delicada de todo el sistema. La cóclea es el lugar donde la energía mecánica se transforma en impulsos eléctricos que viajan al cerebro. Está llena de líquido y posee un grupo de células que se mueven con las variaciones de presión.

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Células ciliadas en el interior de la cóclea

Estas células mueren naturalmente con el paso del tiempo (por eso las personas mayores tienen problemas de audición), pero también pueden morir por exposición al ruido. Un prolongado tiempo de exposición a altos niveles causa fatiga en las células y provoca que algunas dejen de funcionar. Por ejemplo, el conocido pitido que se percibe al salir de un recital es indicio de que un grupo de células está fatigada.
Un tiempo de descanso en un ambiente silencioso puede permitir la recuperación de las células. Pero si no se descansa y el tiempo de exposición es muy prolongado el daño puede ser permanente y causar los famosos acúfenos o tinitus de forma permanente.

Facundo Ramón
Investigación & Desarrollo – Equaphon