Las antiguas y grandes catedrales poseen un alto tiempo de reverberación. Este hecho permitía obtener elevados niveles de presión sonora a gran distancia del orador. El problema es que el orador debía hablar de forma pausada para que su mensaje pueda ser entendido correctamente.
En la actualidad se prefieren recintos menos resonantes, es decir, con bajo tiempo de reverberación en los que se utiliza un sistema de refuerzo de sonido.
La voz humana no posee un gran caudal sonoro, en condiciones normales de conversación puede llegar a niveles del orden de 60 a 65 dB, por lo que se hace necesario implementar sistemas de refuerzo sonoro si se quiere que el mensaje emitido llegue a todas las zonas del recinto en cuestión.
Existen tres posibilidades a la hora de ubicar en un recinto los altavoces del sistema de refuerzo sonoro:
- Sistema concentrado: colocación de los altavoces agrupados en forma de cluster.
- Sistema distribuido: distribución de los altavoces en diferentes puntos del espacio.
- Sistema columna: consiste en un conjunto de altavoces independientes, dispuestos verticalmente para conseguir el efecto de una única fuente sonora.
La concentración de altavoces en cluster es recomendable cuando las condiciones acústicas del espacio son buenas, es decir, cuando los objetivos acústicos se pueden alcanzar.
Habitualmente, esta disposición permite conseguir una buena uniformidad de cobertura, ya que los altavoces se hallan relativamente lejos del público. Por otra parte, también permite una simplificación en el diseño del sistema de canalizaciones y cableado que proporciona la señal eléctrica a los altavoces, precisamente debido al hecho de que todos ellos están muy próximos entre sí. Como desventaja respecto al sistema distribuido, cabe destacar la obtención de una menor inteligibilidad de la palabra debido a la mayor distancia entre los altavoces y el público.
El sistema distribuido es beneficioso cuando las condiciones acústicas no son todo lo favorables que cabría esperar. El criterio a seguir a la hora de implantar un sistema de refuerzo distribuido consiste en situar los altavoces en puntos cercanos a las diferentes zonas de público con objeto de aumentar el nivel de campo directo. Obviamente, para conseguir una uniformidad de cobertura correcta es preciso utilizar muchos más altavoces que en el caso de los sistemas concentrados, lo cual complica y encarece el sistema de canalizaciones y cableado. En cambio, la inteligibilidad de la palabra es mayor, especialmente en todos los puntos situados dentro de la zona de campo directo de cada uno de los altavoces utilizados.
Además, si el espacio es muy reverberante, es conveniente utilizar el máximo número de altavoces posible y aplicarles una potencia eléctrica mínima a fin de que su contribución al nivel de campo reverberante sea, igualmente, mínima.
Con la columna de altavoces, se consigue un estrechamiento de la cobertura vertical, un aumento de la directividad y mayores niveles de presión sonora a distancia, que con un cluster compuesto por sistemas convencionales. Este tipo de arreglo es muy útil cuando las características acústicas del recinto no son buenas pero existen condiciones que permiten dirigir las distintas columnas a distancia de los objetivos a sonorizar, está es una muy buena elección en espacios grandes y muy reverberantes; como son, por ejemplo, polideportivos, estaciones de tren, aeropuertos, catedrales, etc.
Al poder dirigir el sonido al público y tener un control vertical se evitan las reflexiones en piso y techo del recinto ganado inteligibilidad en el mensaje.
Ing. Carlos Maiocchi
Gerente General – Equaphon