La diferencia, en decibeles, entre la porción más alta y la más baja de un programa musical se conoce como su rango dinámico. En otras palabras, el rango dinámico define el cambio máximo en niveles audibles de un programa musical.
El rango dinámico típico para una grabación de un viejo cassette está alrededor de los 60 dB, mientras que en las grabaciones digitales actuales en CDs puede alcanzarse un rango dinámico de 96 dB. En una actuación en vivo podemos pasar los 120 dB de rango dinámico.
Durante años, el objetivo fue recrear las emociones de una actuación en vivo, intentando mantener un rango dinámico lo más amplio posible. Esto siempre ha sido difícil con la grabación analógica. Había que situar las señales más débiles por encima del umbral de ruido, mientras manteníamos las señales fuertes por debajo del nivel de distorsión. Para evitar que las señales débiles quedasen enterradas en el ruido de cinta, había que grabarlas al mayor nivel posible. Y para evitar la distorsión de las señales fuertes, teníamos que comprimirlas, resultando en un rango dinámico reducido.
A medida que pasaron los años, se hicieron muchas mejoras en la tecnología de grabación de cinta. Esto, junto con los sistemas de reducción de ruido, ayudó a mejorar el rango dinámico de las grabaciones, pero todavía existían limitaciones.
Un buen día, asistimos al nacimiento de una nueva tecnología, llamada grabación digital. Con un rango dinámico muy superior, nuestras grabaciones podían acercarse a las actuaciones en vivo.
En vez de usar esta nueva tecnología para tomar ventaja de su rango dinámico, la industria musical fue en la dirección opuesta. Decidieron que «más alto es mejor». La única manera de hacer que los CDs sonasen más alto era comprimir la señal más y más. Y aquí es donde estamos hoy. Todo el mundo intenta hacer que su CD suene más alto que ningún otro, de esta forma se pierde la dinámica de la música, cada vez nos alejamos más de la realidad.
Ing. Carlos Maiocchi
Gerente General – Equaphon